Destacados

  pedidos@latiendadefrayleopoldo.com   +34 958 27 53 52

Menú

Evangelio - La Palabra Del Día

domingo 14 de diciembre de 2025

Domingo Adviento 2ª Semana 3ª de Salterio

Día de San Juan de la Cruz
Tiempo Adviento

Textos

El Señor se querella contra los ancianos y gobernantes de su pueblo: «Vosotros habéis devastado la viña, los despojos de los pobres están en vuestras casas. ¿No os importa oprimir a mi pueblo, hacer añicos a los pobres? —Oráculo del Señor, Dios del universo—». Lo ha dicho el Señor: «Porque las hijas de Sión son altaneras, andan con el cuello estirado, echando miradas seductoras, caminan con pasos menudos y hacen sonar las ajorcas de sus pies, por eso cubrirá el Señor de costras sus cabezas, dejará el Señor sus sienes a la vista. En aquel día les quitará el Señor sus adornos.

R/.  Gritad jubilosos: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.»

El Señor es mi Dios y salvador; confiare y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación. /R.

Dad gracias al Señor, invocad su nombre, contad a los pueblos sus hazañas. /R.

Tañed para el Señor, que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra; gritad jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.» /R.

Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca. Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y en la súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que supera todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

La gente le preguntaba: «Entonces, ¿qué debemos hacer?». Él contestaba: «El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo». Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: «Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?». Él les contestó: «No exijáis más de lo establecido». Unos soldados igualmente le preguntaban: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?». Él les contestó: «No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga». Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga». Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio. 

El pasado domingo, el Bautista  indicaba cómo preparar el camino del Señor: Acondicionando el propio camino; haciendo habitables y transitables los desiertos de nuestra vida personal y comunitaria, creando oasis de autenticidad y esperanza desde una profunda y sincera conversión al Señor y a los hermanos. Hoy  continúa precisando: preparar el camino del Señor, supone una opción por el amor concreto y solidario: “El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene, y el que tenga comida, que haga lo mismo”; una opción por la justicia: “No exijáis más de lo debido”, dice a los que detentan el control del dinero; una opción por la no violencia: “No hagáis extorsión a nadie”, dice a los que ejercen el poder de las armas. ? Adecentar el camino al Señor ocurre cuando “la justicia y la paz se besan” (Sal 85,11).